A menudo, la formación que se ofrece a los profesionales de la salud tiene lugar de forma aislada y clasificada por disciplina. Sin embargo, la formación impartida a equipos multidisciplinares puede tener un impacto positivo en las interacciones del equipo durante un caso de emergencia muy estresante y urgente, como una sepsis grave.
La simulación puede ayudar a los miembros de distintos equipos de atención, que desempeñan diferentes papeles, a desarrollar habilidades de comunicación efectivas. Si se consigue mejorar la comunicación y el comportamiento preventivo del equipo, es más probable que los pacientes reciban una atención segura.
El Dr. Arthur Childs, del Cape Regional Medical Center, en los Estados Unidos, atribuye a la simulación la disminución del número de pacientes con septicemia o sepsis grave en el hospital.6 Antes de que su equipo pudiese formarse con un simulador, el 72 % de los pacientes con sepsis del hospital tenían complicaciones o comorbilidades graves. Tras la formación mediante simulación, ese porcentaje se redujo al 63 %, un resultado que sugiere que ahora se identifican antes los casos de pacientes con sepsis.7