Un método sistemático

El Círculo de Aprendizaje es una herramienta diseñada para ayudarnos a crear estrategias que optimicen la eficacia y el impacto de la educación en un contexto sanitario. Consta de cinco segmentos con un punto de integración en el centro. Cabe señalar que, aunque visualmente pueda parecer un círculo, en realidad funciona como una espiral en constante evolución hacia el aprendizaje permanente y la mejora clínica.

Los pasos pueden verse como la descripción de un proceso, pero también como enfoques educativos independientes para alcanzar objetivos de enseñanza y resultados de aprendizaje específicos.

The Lancet Commission on Quality in Healthcare (2018) dejó claro que, por primera vez, la calidad de la atención es ahora un reto aún mayor a nivel mundial que el acceso a la atención.

La mejora de la calidad de la atención sanitaria (MCC) es una práctica continua para impulsar un cambio positivo dentro de la atención sanitaria. Puede referirse al comportamiento humano, a la mejora de los procesos o a cambios culturales. Otro ejemplo es que también puede referirse a deficiencias espaciales, es decir, a la gran distancia que separa la sala de urgencias del escáner CT o si el Equipo de Respuesta Rápida tardará mucho tiempo en llegar a cualquier habitación de un paciente en el hospital.

El conocimiento es la base para prestar una asistencia sanitaria oportuna, segura, equitativa y de alta calidad. Adquirir conocimientos pertinentes a lo largo de toda la vida es fundamental para ser y seguir siendo un proveedor de asistencia sanitaria seguro y relevante.

En la era de la digitalización, los recursos de conocimiento más actualizados se encuentran en repositorios y sistemas de aprendizaje en línea. Los sistemas más avanzados ofrecen conocimientos en un formato y a un ritmo adaptados y adaptables. Los datos sobre el proceso de aprendizaje y los resultados pueden almacenarse y utilizarse para adaptarse mejor a la competencia, el ritmo, las agallas y los niveles de confianza de cada alumno.

Todas las profesiones sanitarias dependen en gran medida de las habilidades físicas o psicomotoras. Desde los procedimientos neuroquirúrgicos más avanzados hasta sostener compasivamente la mano o acariciar la frente de un paciente terminal, el tacto forma parte integrante de la definición de la profesión.

El dominio de las habilidades es esencial para ofrecer el mejor tratamiento, tanto si se trabaja solo como en equipo. Tras adquirir una destreza psicomotriz definida, la práctica es necesaria para perfeccionarla y mantenerla.

La toma de decisiones es esencial para capacitar a los alumnos para que utilicen los conocimientos y habilidades recién adquiridos en situaciones relevantes.

La toma de decisiones puede entrenarse en casos de pacientes simulados por ordenador. Éstos pueden estar basados en pantallas, o incluso servirse a los alumnos como soluciones virtuales o de realidad aumentada. Estos entornos de aprendizaje tan ricos también pueden fomentar el pensamiento crítico en los alumnos.

La práctica de la simulación en equipo permite a los participantes ensayar casos de pacientes simulados, a menudo en sus entornos de trabajo reales, con el objetivo de mejorar los resultados de la asistencia sanitaria. Este tipo de formación también permite a los participantes mejorar su capacidad de trabajo en equipo, comunicación y liderazgo. Una característica única de la simulación es la práctica reflexiva del debriefing.